Las negociaciones entre el Sindicato Canadiense de Empleados Públicos (CUPE, por sus siglas en inglés) y el Gobierno de la Ciudad de Ontario, Canadá, se rompieron por la falta de contrato colectivo desde el 31 de agosto. El CUPE anuncia una huelga inminente.
El Gobierno de Ontario se niega a reconocer la falta de personal educativo incluso después de haber enviado a cientos de niños a sus casas porque no hay docentes, y además, no quieren actualizar los bajos salarios que tienen a una gran parte del personal educativo viviendo de “bancos de alimentos.”
La Presidenta del Consejo de Sindicatos de las Juntas Escolares de Ontario (OSBCU) del CUPE, Laura Walton, manifestó que la Ciudad de Ontario tiene un superávit de más de 2100 millones de dólares: “es triste que nos digan que se necesita la presión de una posible huelga para que el gobierno de Ford tome nuestras negociaciones en serio”.
Ante la amenaza de paro, el Gobierno de Ontario llamó a parar cualquier movimiento huelguístico, e incluso puso sobre la mesa un proyecto de ley que pretende eliminar la posibilidad de que los trabajadores de la educación vayan a huelga.
El proyecto de ley, que ha sido cuestionado por ir en contra de la legislación canadiense y de los derechos laborales, pues plantea que de aprobarse: “terminará cualquier huelga o cierre patronal en curso por parte de los empleados de las juntas escolares representados por CUPE”, sin importar las razones del posible movimiento de huelga.
Ante este proyecto de ley, el CUPE manifestó que no es la primera vez como sindicato deben enfrentar a los gobiernos en los tribunales por proyectos antihuelgas, pero que de todas formas este viernes 4 de noviembre las y los miembros del gran sindicato estarán en paro por toda la Ciudad de Ontario.