Francia se hunde en una revolución social provocada por el fuerte rechazo a la propuesta de reforma a las pensiones que impulsa el gobierno y que ha empujado al país a jornadas de huelgas, manifestaciones y muestras de rechazo a la iniciativa.
¿Qué es lo que se pelea en Francia?
El gobierno de Emmanuell Macron impulsa una reforma al régimen de pensiones, que aumentaría la edad de jubilación de 62 a 64 años de edad, así como la cantidad de años que deben trabajarse, aumentado de 42 a 43.
El anuncio de la presentación de la reforma, atizó el escenario político en la nación gala, al extremo de que fue presentada una moción de censura contra el gobernante, que la esquivó por la mínima.
A pesar de que el proyecto fue presentado ante la Asamblea Nacional (poder legislativo), el eventual rechazo parlamentario motivó a la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, a utilizar el artículo 49.3, una cláusula especial de la Constitución francesa, para impulsar la reforma sin el voto de los legisladores.
Millones en las calles
Más de 3 millones de personas tomaron las calles en toda Francia este jueves 23 de marzo, con movilizaciones no solo en la capital París, sino en numerosas ciudades y villas, donde se registran unas 250 protestas. Estaciones del ferrocarril, refinerías de petróleo, puertos y aeropuertos fueron paralizados por el movimiento sindical. El servicio de recolección de basura suma casi dos semanas de suspensión, lo que ha desbordado de desechos sitios emblemáticos como la Torre Eiffel. Al menos 500 personas fueron detenidas solo este jueves.
Aprovechando la fuerte participación, los sindicatos convocaron rápidamente a nuevas protestas y huelgas para el 28 de marzo, cuando se tiene previsto que el rey británico Carlos III visite Burdeos en el segundo día de su gira por Francia.
Las marchas fueron realizadas un día después de que el Presidente de Francia, Emmanuell Macron, hizo enojar aún más a sus críticos luego de mantenerse firme con la reforma al sistema de pensiones que su gobierno ha impulsado en el Parlamento sin someterla a una votación.
La juventud sentada ante la guillotina
Mientras los trabajadores se movilizan por las calles, los estudiantes protestas bloqueando el país completo. Su concentración ocurre en un sitio simbólico: la plaza de la Concordia.
Se trata del espacio parisino famoso porque en el pasado, fue allí donde se colocó la guillotina con la que se decapitó al entonces rey Luis XVI y a su corte, en medio de la Revolución Francesa.
Allí acuden todos los días miles de jóvenes, no solo franceses, sino inmigrantes de otras naciones donde la inestabilidad social los empujó también a las calles. Llegan ahí a alentar la lucha.
La gran duda que se cierne sobre toda Francia, es si la nación entera caerá ante el peso de la guillotina de las clases dominantes, o si la manifestación social bastará para recordar a los gobernantes lo que ocurre cuando insisten en políticas que perjudican al pueblo.