La baja tasa de fecundidad actual en Costa Rica implicará grandes consecuencias para el país: derivará en una reducción de trabajadores, menos cotizantes al seguro de salud y por supuesto, una menor demanda de la educación pública. Sin embargo, este último factor no implica necesariamente la desarticulación del modelo de educación pública.
Así se desprende de las exposiciones realizadas en febrero de 2024 ante el Simposio “Tendencias de la fecundidad en Costa Rica”, organizado por el Programa Estado de la Nación.
¿Crece efectivamente la población costarricense?
Entre los años 2021 y 2022, Costa Rica alcanzó una tasa de 1,3 hijos por mujer en promedio, lo que la sitúa en el umbral denominada ultra baja natalidad, un panorama similar al que afectó a muchas naciones europeas en los años 90, las que lograron recuperar sus tasas de natalidad al promedio de 2 hijos por mujer.
Luis Rosero Bixby, uno de los demógrafos que participó en dicho simposio, plantea dos proyecciones demográficas posibles para los próximos 50 años:
- Escenario 1: Tasa de fecundidad de 2 hijos por mujer. Implica una recuperación de la población, como ocurrió en Francia.
- Escenario 2: Tasa de fecundidad de 1,3 hijos por mujer. Implica una disminución de la población, como ocurrió en España o Italia.
Ambos planteamientos incluyen proyecciones una edad promedio para ser padres o madres de familia en 31 años, lo que se clasifica como tardía. También incluyen una migración estimada de hasta 10.000 personas por año.
Las dos hipótesis significan la reducción en la curva de nacimientos. En la hipótesis de la tasa de fecundidad de 1,3 hijos por mujer, se estima que la tasa de fecundidad del año 2070 será similar a la de 1935, con 23.000 nacimientos por año.
Otro factor que implica un panorama complejo guarda relación con la cantidad de mujeres en edad reproductiva, que alcanzó su cifra máxima cercana a 1.100.000 en el año 2020, después de lo cual empezó a disminuir.
¿Cuánto se calcula que será la mayor cantidad de habitantes en el país?
Los demógrafos estiman como muy poco probable que Costa Rica alcance los 6 millones de habitantes, ya que las proyecciones estiman un fin del crecimiento demográfico.
Entre los dos escenarios, se estima que la mayor cantidad de habitantes del país estará entre los 5,3 y los 5,6 millones de habitantes. La única posibilidad de alcanzar los 6 millones de habitantes sería con una alta tasa de migración, de 10.000 o más migrantes por año.
Estos datos significan que en unos 10 a 20 años Costa Rica alcanzará el máximo crecimiento de su población, después de lo cual la misma se reduciría paulatinamente. Lo anterior coloca al país frente a un escenario complejo, porque Costa Rica registró 300 años continuos de crecimiento demográfico.
¿Cómo impactará esta baja fecundidad al país?
Partiendo de las estimaciones expuestas, se calcula que, en el año 2075, la población de Costa Rica será de apenas 4,5 millones de habitantes. Esta sería la misma población del año 2010.
El impacto de estos datos demográficos es previsible. Implicará un replanteamiento del modelo de seguridad social, que actualmente se basa en un sistema intergeneracional (las pensiones se financian con cuotas laborales que aportan los trabajadores jóvenes) por un modelo de capitalización (las pensiones las financia cada trabajador con sus cuotas, modelo similar al Régimen de Capitalización Colectiva de Jupema).
También implicará una reducción del desempleo y una especialización en la oferta de mano de obra, aunque aunado con una contracción económica.
Sin lugar a dudas, causará un golpe al modelo de salud (mayor demanda de servicios gerontológicos y menor demanda de servicios obstétricos y pediátricos).
Y por supuesto, supone un profundo efecto en el sistema educativo, con una reducción sustantiva de la matrícula de los centros educativos, proceso que ya ocurre desde hace 2 décadas. Al inicio del siglo XXI, era de 1 millón de estudiantes, pero según los cálculos, podrían reducirse a 300.000 jóvenes.
¿Menos población equivale a menor número de escuelas?
Es un hecho que la reducción de la tasa de crecimiento demográfico ya tiene sus efectos respecto a los rangos de matrícula que actualmente maneja el Ministerio de Educación Pública. De seguir esta tendencia, se podría interpretar que implicará la desaparición de centros educativos.
Esta fue precisamente la tendencia que se evidenció en Italia, país que tuvo un comportamiento demográfico similar al costarricense hace 40 años, con disminuciones en la tasa de natalidad de hasta una cuarta parte.
En Italia se produjo el cierre de 2.600 centros educativos en las últimas décadas, y es posible que se cierren 1.600 más, tal como explicó el periodista y consultor independiente, Paul Constance.
Pero el demógrafo Luis Rosero no opina que estas tasas de baja fecundidad impliquen el cierre de escuelas, sino que lo analiza como una oportunidad de oro para la educación costarricense.
Uno de los factores que podrían incidir sobre las parejas a la hora de tener hijos tiene que ver con la educación de los mismos. Las parejas optan por tener si acaso un hijo en sus hogares, ya que estiman los elevados costos en el pago de matrículas en la educación privada. Y tienen este factor presente, porque a criterio de la clase media, la educación pública tiene importantes carencias.
Desde el otro lado de la acera, está la situación actual del sistema educativo costarricense actual, con múltiples carencias presupuestarias, estructurales y laborales, factores que inciden en la calidad de la enseñanza.
Luis Rosero cataloga como “error muy grave” caer en la trampa de que este escenario de baja fecundidad se interprete como la imposición de reducir los presupuestos públicos que se destinan a educación.
Tanto los expositores en este simposio como los diversos actores sociales que lo compusieron, concluyen que el primer y más urgente panorama de acción con el que el país debe asumir este tema, es la educación.
Lejos de este escenario, todas estas proyecciones nos colocan ante un gran reto: aprovechar estos recursos actuales para mejorar la calidad de nuestro sistema educativo y así seguir construyendo una sociedad con capacidad de sostener sus instituciones, proceso en el que la educación tiene un papel fundamental.
Puede ver la transmisión del Simposio “Tendencias de la fecundidad en Costa Rica” en el siguiente enlace: