La reciente participación de APSE ante la Comisión Especial de Educación de la Asamblea Legislativa, ha reavivado el debate sobre estado de la educación pública costarricense y sobre la capacidad del Ministerio de Educación Pública de definir una política educativa a largo plazo, con objetivos, plazos y derroteros conocidos y comprensibles para toda la comunidad educativa.
UNA RUTA SIN MAPA
Entre los aspectos señalados en la audiencia conferida a APSE, la Presidente de la organización, Ana Doris González, está la ausencia de un documento que describa en qué consiste la llamada Ruta de la Educación (política educativa anunciada con bombos y platillos, pero sobre la cual poco se conoce a fondo).
Esta observación se suma a la reacción de varios medios de prensa, que empezaron a exigir al MEP el documento escrito que defina la ruta. Incluso, el Consejo Nacional de Rectores señaló que la versión actual de la ruta, resumida en una presentación de Power Point, no basta para conocer la justificación de las medidas y el presupuesto habilitado para dar una postura. El Programa Estado de la Nación confirmó que a la fecha no ha recibido tampoco dicho insumo.
Esto refuerza y comprueba lo señalado por APSE: se trata de una ruta que no existe y que no es más que un cúmulo de intenciones desarticuladas y no divulgadas entre todos los actores del sistema educativo.
UN MINISTERIO QUE EVALÚA PERO QUE NO SE EVALÚA
Otra de las críticas iba dirigida contra las llamadas pruebas diagnósticas y comprensivas. Sobre este nuevo modelo evaluativo y el sistema educativo en general, iban dirigidas fuertes críticas de parte de APSE, que acusó al MEP de esforzarse más por inventar plataformas que no sirvan y por imponer el llenado de hojas de Excel para obtener datos estadísticos en vez de permitir a los docentes hacer su tarea: educar.
Este aspecto fue retomado por medios de comunicación, que han descuartizado el tema, poniendo en evidencia una realidad: no existe una evaluación del modelo educativo, mucho menos una política educativa.
MUCHO PARLAMENTO PERO POCAS ACCIONES
Por supuesto, las críticas de APSE al sistema educativo, implicaban tener que sacar a la luz algunas verdades, aunque fueran incómodas.
Los parlamentarios también forman parte de la responsabilidad por el estado del modelo educativo. Muestra de ello es que desde el año 2016 (fecha en que debía cumplirse con asignar el 8% del PIB a educación), la Asamblea Legislativa ha aprobado el Presupuesto Ordinario de la República sin cumplir con este mandato. Este fue uno de los aspectos con los que APSE cerró su participación ante la Comisión de Educación.
Lo curioso del caso fue que parece que a los legisladores también les duele que se les señale como responsables. Muestra de ello, fue la cobertura que el propio despacho de prensa de la Asamblea Legislativa, que ni siquiera mencionó a la Presidente de APSE en la crónica que realizó sobre dicha comparecencia.
Lo lamentable de estos hechos, son dos cosas. Una, es que se pone en evidencia como los responsables de la crisis educativa no asumen su carga en ese pesado lastre que se cierne sobre el desarrollo del país. Pero también, pone en evidencia como la educación se ha convertido en un tema meramente político, donde importa más hacer propaganda de algunos logros o hacer cizaña con los errores.