Jornadas 4-3
Uno de los proyectos que generan más interés de ser aprobado por parte del Poder Ejecutivo y las cámaras empresariales, es la denominada jornada 4-3.
Esta no es más que la transformación del principio fundamental de una dinámica que no existe casualmente: 8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 horas de ocio. Se trata de un principio que no existe solamente en Costa Rica sino que es un hecho logrado en el mundo tras décadas de lucha social.
Aunque se pretende hacer ver el proyecto como una ventaja para los trabajadores, al contar con 3 días libres a la semana, la realidad es otra, porque este esquema laboral afecta gravemente a las familias y a los trabajadores mismos.
Las 12 horas diarias de trabajo se pagarían únicamente como horas ordinarias y no se permitiría que la persona trabaje horas extra sobrepasando las 12 horas diarias, sino únicamente en días libres, que serían acordados entre el patrono y el empleado.
O sea, esto implica que, en la práctica, el trabajador efectivamente trabajará la misma cantidad de horas por semana, pero sin posibilidad de tener ingresos extraordinarios al salario (pago de horas extra).
Es muy probable que los 3 días de descanso se destinen a otro trabajo, favoreciendo la precarización e informalidad laboral.
Una de las críticas a este proyecto de ley es que posiblemente causará más dificultades para que se incentive la contratación de adultos con edades superiores a 40 años, ya que la dinámica laboral provocará que mucho empleadores prefieran contratar personas más jóvenes, con mayor vigor para cubrir estas jornadas.
Además, la reforma puede convertirse en un desincentivo en cuanto a la contratación de mujeres, de personas que realizan labores de cuido, de estudiantes que trabajan y estudian a la vez, de personas con alguna discapacidad o enfermedad que no puedan asumir esta jornada y el patrono prefiera no contratarles, lo que aumenta la exclusión y la desigualdad en cuanto al acceso a oportunidades laborales.
Cabe señalar que, aunque los promotores del proyecto aseguran que el cambio de jornada es una decisión voluntaria, no existe un mecanismo que garantice la voluntariedad de la aplicación de las jornadas, ya que se favorece la potestad del empleador de modificar las condiciones de trabajo; de manera que, si no son aceptadas, el empleador podría proceder al despido de la persona trabajadora.
La jornada ampliada no contempla el tiempo de cuido de menores y adultos mayores, asumido principalmente por mujeres, quienes se verían excluidas de las opciones laborales por falta de tiempo para cumplir con ambos trabajos.
Esto a su vez implica un gasto adicional de parte de las familias, al tener que asumir los costos por jornadas de cuido más amplias y con el eventual pago de horas extras a la persona a cargo.
Actualmente, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) atiende únicamente a 436 niños y niñas en horario nocturno.
La jornada 4-3 complica una dinámica social ya establecida: preparar y transportar de estudiantes rumbo y de regreso hacia su centro educativo, que ya muchas familias contemplan dentro de su rol diario de actividades.
A la vez, dificultan la ayuda que brindan los padres de familia en sus hogares con sus hijos estudiantes, al impedirles poder atender de forma inmediata necesidades de estudio y desarrollo de prácticas relacionadas.
Las jornadas 4-3 causarán afectación a la salud, tanto física como mental, porque el aumento en horas laborales también aumenta el cansancio y disminuye el tiempo en familia, el tiempo para la recreación, para alimentarse adecuadamente y para realizar ejercicio.
A la vez, complicará la atención de casos de emergencia médica, ya que muchos de los espacios a los que se acude para atender estas situaciones (clínicas o centros de salud) funcionan actualmente adaptados a los roles de trabajo vigentes.
Otro efecto negativo sería que las posibilidades de que el trabajador sufra un accidente laboral, se incrementan conforme aumentan la cantidad de horas de actividad laboral, con su efecto sobre la plena conciencia, agilidad y astucia para manejar equipos pesados o herramientas complejas.
Las jornadas 4-3 tendrán efecto directo sobre la posibilidad que tenga cualquier trabajador de estudiar, por dos sentidos: tanto en una mayor dificultad para poder matricular en su nuevo horario laboral, así como para poder brindarle el tiempo requerido para el estudio.
El simple hecho de que los estándares laborales que pasarían a estar vigentes en Costa Rica sean menos favorables que los del resto de naciones, implicará un efecto doblemente negativo sobre nuestro mercado laboral: por una parte, se desincentiva la atracción de mano de obra calificada al país, y por otra parte, se fomenta a los trabajadores nacionales mejor calificados a abandonar el mercado laboral costarricense.
Esto provocará un efecto a largo plazo, con una economía reducida y donde no existen condiciones que dignifiquen el esfuerzo profesional, círculo vicioso muy riesgoso para el país.
Fuentes: